Sì che, se piacere sarà di Colui per cui tutte cose vivono, che la mia vita per alquanto perseveri, spero dire di lei quello che mai non fu detto d’alcuna.
Dante Aligheri (Vita nova1)
La memoria de los grandes
sentimientos y de las grandes acciones está escrita en los libros. Sobre todo
cuando es una memoria de lo ajeno y tiene un sentido ejemplar o único. Es raro
que se conserve en el tiempo algo cuando sólo es la memoria de lo que satisface
la vanidad personal del autor. Así los sentimientos de las personas que pueden
dejar huella están escritos en los objetos que perduran. En los albores de la
historia estaban en los camafeos y en los objetos de tocado femenino. En la era
industrial los capitanes de industria los sentimientos y su mensaje para la
posteridad lo escribían en los
edificios, en las mansiones o en los edificios corporativos. Muchas veces las
fachadas de las casas, los imafrontes, las esculturas que los adornan o los
espacios comunes que contienen han sido la manifestación más o menos explícita
de un amor o de una ambición o la ostentación de un poder personal. Cuando
abrimos las páginas de una novela sabemos que hay una historia de una pasión.
Pero ¿cuántas veces no habremos pasado frente a un edificio singular ignorando lo que hay detrás? Uno de los
propósitos de esta obra es desentrañar
las pasiones que llevaron a escribirlas en una de estas mansiones.
Es prolijo y no viene a cuento
decir cómo, por qué, o cuando me interesé por el tema. Baste decir que a través de
distintas circunstancias me he encontrado con una serie de datos, con retazos
de hechos, vistos y valorados desde distintas perspectivas. He triangulado
fechas personajes y circunstancias aceptando aquellos que son coherentes o que
coinciden en dos o más documentos. Eso constituye otro trabajo que publico de forma
simultánea. El resto, lo que no constituyen hechos ha dado lugar a dos o tres historias cuyas tramas se entrecruzan. Cuales y cómo son lo podrá averiguar el lector. Baste decir que lo que no es historia es ficción, y que en conjunto hay un humilde afán de establecer entre ambas dimensiones, la real y la ficticia, una continuidad que armonice en lo posible el relato.
Es por tanto una obra abierta. Es
posible que en un futuro se encuentren o lleguen a mis oídos datos que aquí no
están reflejados o que son contradictorios con ellos. En ese caso, con las
posibilidades que permite la edición moderna, abriré el libro e introduciré los
cambios probados que aparezcan.
El libro "Caradoc. Primera parte: Hacer cualquier cosa para conseguir el efecto deseado" está disponible en Amazon, se distribuye en
Internet y en librerías.
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Que, si complace a Aquél por el que viven todas las cosas, que mi vida perdure lo bastante, espero decir de ella [de Beatrice] lo que nunca se dijo de ninguna.


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