Para salvar las vergüenzas del gobierno, la
Reina ha sancionado el nombramiento de Lord Howden como su ministro en
Madrid
Con estas palabras la Reina
Victoria comunica a Lord John Russell, primer
ministro a la sazón y abuelo de Bertrand Russell, su placet sobre el nombramiento de Caradoc como embajador en Madrid el 27 de abril de 1850.
Si bien a continuación manifiesta que no tiene total confianza en que él pueda
afrontar la compleja situación de intrigas que en ese momento reina en ese país. No obstante, en cualquier caso, tiene su apoyo. Lo dice con estas palabras extraída de la carta:
(…) aunque no lo considere como una persona
con la impronta personal necesaria para afrontar todo espíritu de Intriga, que
en todo momento y ahora en particular es tan necesaria en España. No obstante
debe pedir una vez más a lord John que vea a la Reina como alguien a quien se puede dirigir
abiertamente y con la consideración debida.
Esta desconfianza va a resultar
proféticas. Como después veremos, Caradoc necesitará todo el apoyo que se le pueda dar para enfrentarse con el complejo mundo de intrigas que reina en el Madrid de Isabel II.
El nombramiento ha ido precedido
de un intercambio de correspondencia entre Howden y Narváez, que ha concluido
con la aquiescencia de éste. Para Lord John tampoco ha sido una sorpresa, hace
tiempo que sabe su nombramiento. Por lo demás la clase política y los
interesados en ambos países ya se han familiarizado con la novedad. Hace tiempo
lo publicó el Times por vía de su corresponsal en Madrid:
(...) Lord Howden hace tiempo se ha
familiarizado con su nombramiento, y ha tenido correspondencia con el
general Narváez; El corresponsal del Times ha anunciado su
nombramiento desde Madrid hace ya tres semanas.
Se trata de un acontecimiento importante. Sobre todo
después del cese durante dos años de relaciones diplomáticas entre ambos países a
consecuencia de la crisis del embajador Bulwer con Narváez en la época del
Palmerston. Entonces Bulwer había apoyado los movimientos insurgentes liberales, con
acusaciones directas a Narváez, que en ese momento era el héroe de Europa por
haber reprimido con éxito los movimientos sediciosos de 1848 en varias
ciudades españolas. Con este motivo, y habiendo perdido la paciencia ante lo que considera sus
ataques, el gobierno español pide al de Palmerston que retire al embajador
inglés, y le dá un ultimátum. Como no se
cumple, España rompe las relaciones con el Reino Unido. Ahora, tras la mediación de la reina
y de varias monarquías europeas, entre otras la de Bélgica, deciden reponer las
relaciones aceptando como representante de Gran Bretaña a Lord Howden.
(...)
La reina pasa del tratamiento al
tuteo, muy segura. Con toda certeza no es la primera vez que sucede. Se le ve
muy firme y con aplomo en esta situación.
-
Anda que no sabrás tú nada de cómo hacer feliz a una mujer. Me tienes que
demostrar tus habilidades. Ya sabré compensarte…
Para seguir leyendo...
El libro Caradoc está disponible en Amazon, se distribuye en Internet y en librerías. A partir de ahora, para no crear duplicidades con la versión completa, sólo publicaré en este blog, y en los demás de este proyecto, aquellos fragmentos que crea más interesantes, o que guarden alguna unidad.

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