A sus 36 años Carlos Marx vive en Londres, se gana la vida como corresponsal en Europa del New York Daily Tribune. Esta mañana salió de su casa en el 26 de Dean Street para dirigirse a la Oficina Central de Telégrafos, la CTO, en la esquina Newgate Street y Le Grant de St Martin. Allí envió su crónica. Cada vez que lo hace se toma la mañana, con la tranquilidad que le da el hecho de que, pase lo que pase, el trabajo es irreversible. Toca pues tomarse un respiro y una pinta de cerveza en Glassblower, donde tiene la costumbre de hacerlo, tras un largo paseo por la orilla del río. Pasear con el poco fresco de la mañana es lo único que puede paliar en Londres el pútrido ambiente de un agosto especialmente caluroso como el de 1854, donde los pozos negros han proliferado y la escasez de agua hace que viertan con todo su pestilencia al río. El hacerlo por la orilla tiene ese problema pero es peor hacerlo por las callejuelas de esa parte de la ciudad donde el ambiente se espesa aún má...