La diosa del medallón
Miguel Zapata Ros
Cuando en Bayona vi el medallón del Chateau “Casa Caradoc” en el que se quería representar a Joaquina como sosias de Diana de Poitier, o al revés, no lo pude evitar, parecerá tópico, pero tuve un estremecimiento. Era la viva estampa de la escultura de Diana la Cazadora, atribuida a Cellini, que había visto tantas veces reproducida, y cuyo original estaba en el palacio de Anet.
Pero si no es suficiente, vean en las imágenes si existe o no parecido:
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Fuente de Anet representando a Diana Cazadora, atribuido a Cellini. |
Medallón del Chateau Caradoc en Bayona. Así sería , pero en mármol blanco, el medallón de Murcia. |
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− Poco
tengo que añadir a lo dicho en la reunión de la casa Puxmarina. Los
medallones con Francisco I y Diana de Poitier van a constituir, como un blasón
medieval, el distintivo y nuestra firma en el palacio. Será lo que nos diferencia
e el signo que nos identifica. Quien llegue a la mansión así lo ha de entender.
Por tanto, en la idea y en los términos que acordamos, venimos a establecer un
plan y un calendario para su realización. Eso conlleva que tendremos reuniones periódicas,
en las que estaré, y donde me irá informando de los avances, de manera que
pueda ver el progreso de la obra. Obviamente, eso es independiente de las
sesiones de posado que tengamos, tanto Doña Joaquina como yo mismo. – Diciendo eso
le entrega una cantidad en metálico y otra en unas Cédulas Reales, medio de
pago recién puesto en circulación a modo de documento que sustituye a las
pesadas monedas para cantidades grandes de dinero– Aquí tiene, como primer pago,
tres mil reales. Mil en moneda corriente y otras dos mil en este nuevo medio,
que nos resultará más seguro porque lo podrá ir utilizando, haciéndolo líquido,
a medida que lo vaya necesitando. Nadie que no sea usted lo podría hacer
efectivo. Estos documentos se llaman cédulas y valen por la cantidad nominal consignada, que podrá hacer efectiva
en el nuevo Banco de España, antes de San Carlos, o simplemente podrá utilizar para
hacer posteriores pagos. En cualquier
caso, con ello afrontará los gastos previstos. Tras ellos, puntualmente, me
dará cuenta del desglose por partidas: Compra de materiales, mármol, madera,
hierro, etc., de utensilios, mano de obra,… Eso lo hará semanalmente. Vendrá el
señor Albaladejo o yo mismo. Eventualmente también podrá asistir la Señora
Plana. A ella deberá tratarla con igual confianza y claridad que a mí.
−
Descuide usía −responde Baglietto − Sé trabajar al estilo inglés. Recuerde que
en Cádiz lo hice ayudado por el forjador compatriota suyo Mr. Cauley, que
frecuentemente me contaba su experiencia en la forja que hicieron para el bajo
relieve del monumento a Nelson en Trafalgar Square. Nada más estricto que eso.
− Por
supuesto, ya imagino que estará usted coordinado con el responsable de la obra,
Mr. Young. Él tiene que compartir este trabajo con, su actividad en Cartagena.
De manera que, cada vez que venga, tiene que dedicarle el día. También tendrá
que ponerse de acuerdo con los maestros del testaferro de los Zabálburu, don Eustasio
Ugalde, pero sobre todo con Young. Porque en la fase donde estamos lo
importante es el proyecto, sitio donde ubicar la obra, tamaño, anclaje al muro,
todo eso tiene que verlo con el arquitecto. Después en la ejecución hablará
básicamente con los maestros.
» Otro
tema es el de los posados. Sobre la marcha veremos cómo lo va haciendo su merced
para que el parecido entre la señora Plana y Diana de Poitiers sea el adecuado,
así como entre Francisco I y un servidor. Ese será su mayor reto, junto a que
se manifiesten en el mármol el carácter y el sentimiento de los personajes. Ya
le digo que los medallones no solo son el emblema de la casa y de la familia – Ésta
es una de las pocas veces que Caradoc emplea ese término − sino que reflejan la
personalidad de los dueños.
» También
sería bueno que echase un vistazo a la biografía de los personajes. En la
biblioteca o entre el material que tengo almacenado para ella, podrá usted obtener
sobrada información sobre la peripecia personal de Diana y de Francisco, así
como las circunstancias tanto de su vida como históricas que los rodearon.
También grabados y pinturas que he ido coleccionando sobre ellos o sobre la
figura de la diosa Diana Cazadora y sus representaciones en esculturas de la
Roma y de la Grecia clásicas. téngame al tanto de sus progresos y hágame saber
sus dudas antes de tomar una decisión.
» Para
fijar bien los caracteres es bueno que conozca la relación entre las edades de
lo spersonajes. Tome nota: Francisco le llevaba a Diana casi cinco años. Exactamente
cinco años menos 9 días. Sin embargo, Diana le llevaba a Henri, hijo mayor de
Francisco a y la sazón su sucesor, 18 años. Ella estaba más cerca de aquél que
de éste. Y cuando murió el rey, tenía 48
y su heredero, ahora nuevo amante de ella, 30.
Mientras
dice esto, Caradoc abre una carpeta y extiende ante los ojos del escultor un
amplio abanico de láminas, acuarelas, dibujos y esbozos al carbón.
− Para inspirarse
aquí tiene copias de Diane de Poitiers por François Clouet, también el grabado de
Philippe Mercier. Por supuesto, dadas las poses
y las imágenes y sabiendo lo retrógrados y mal pensados que son algunos
españoles y lo poco preparados que están para estas cosas, más vale que sea
usted reservado con estas obras particularmente con el grabado.
» Es una
pena que no conozca el palacio de Anet, propiedad que fue de nuestra modelo en
Francia, para que viese cuadros y esculturas como yo las he visto, que muestran
hasta la saciedad su esplendor y su belleza. Le entrego también unos esbozos a carbón
y alguna acuarela que mandé hacer sobre las esculturas de la fuente de Diana
Cazadora, una de ellas, la más conocida, reperesenta a la diosa pero con las
facciones de Diana de Poitiers, nuestro personaje y propietaria del castillo.
Esta maravillosa fuente se atribuye a Cellini. Pero fíjese bien amigo− Caradoc
le acerca a su interlocutor una imagen en carbón perfectamente lograda, donde
se reproduce el rostro de la diosa en semiperfil. Unas bellísimas facciones que
se obtuvieron de la estatua en la fuente. Realmente no lo disimula: Quiere que
este sea el modelo para el medallón − Usted conoce bien a Joaquina ¿no le parece
extraordinario, casi un milagro, el parecido de ella con Diana y con la diosa?


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